Hay excepciones, obvio. Toda regla, toda teoría las tiene. También, hay miles de mujeres que, por las mismas causas, obrarán de igual manera: resguardándose en sus casas o en sus lugares de reunión para esta clase de eventos. Pero lo más seguro, la teoría aquí plasmada, es que la noche del viernes 11, en todas las ciudades argentinas, quedará deshabitada de hombres. Y si…tenemos que concentrar. Llega el primer partido de la selección argentina de fútbol en el mundial de la FIFA “Sudáfrica 2010” y hay que estar bien despierto. No se puede ver a media maquina. Nooo, imaginate si por estar cabeceando de repente cerrás los ojos y te perdés el exclusivo reportaje a la esposa del cuñado del padrino de Mascherano que fue, ponele, el primero que le gritó “Masche, pone huevos” y, desde ese día, Javier juega cada partido como si fuera el último. Imposible. Uno no se puede permitir ese tipo de descuido. ¿Cómo voy a estar cabeceando en la previa de la previa del partido? Si, porque el argentino se levanta a las 8 am para ver “la previa de la previa” para, luego, continuar con la previa a las 10 am y finalizar con el gran esperado partido a las 11 am. Y ni hablo del postpartido, con las mejores jugadas, los goles, los goles que no fueron, etc. Insisto, no se lo puede permitir. El argentino tiene que agotar todos los recursos posibles que encuentre para intentar ponerse, hasta el último minuto del campeonato (o hasta donde su selección llegue), en la piel de los jugadores, para poder afirmar que vivió el mundial. Así que esta noche anterior al primer partido queda totalmente eximida de toda salida e, incluso, hasta de relaciones sexuales. Es que aunque Diego les permita esto a los futbolistas seleccionados, el argentino se crío a la vieja escuela y, por ahora, se lo sigue autoprohibiendo. Lo siento novias argentinas, pero ésto sólo sucede ciertos días de un mes y cada cuatro años. No se pueden quejar. Tengan en cuenta que ustedes tienen noches y días privados de salidas y de relaciones. Y, encima, con más frecuencia. Mínimo, una vez por mes. Sino pregúntenle a Arjona cada cuánto se suicida la cigüeña. Está bien, podrán decir que lo suyo es natural, que no pueden evitarlo, pero no por nada se dice que el argentino lleva el fútbol en la sangre, de alguna otra manera, ésto también es natural.
Si…esto de la concentración tiene sus sacrificios. Pero uno se siente reconfortado si el equipo triunfa, porque uno piensa que fue gracias a él. Que su energía y concentración sirvió para que el equipo triunfe. Es por eso que cuesta asumir la derrota, ya que además de estar triste por el resultado, uno se pone a pensar la noche que se perdió en vano. Y es aquí donde de las llamas del olvido surge el ganador. El único gran ganador del fin de semana. La excepción. Claro, porque con todo el carnaval del partido, uno se olvida de ese que salió esa noche y la rompió. Ese que, estratégicamente o no, zarpó la nave en un mar poco transitado de mujeres libres de novios y despechadas por la ausencia de sus parejas. Jactándose de ser, quizás, uno de los únicos hombres en el boliche, gran atribución. Ese es el verdadero ganador y no hay con que darle. Es así.
Yo, en este caso, seré uno más que responda a la regla y me quedaré en mi casa concentrando. Quizás sea una idiotez quedarme en mi casa, teniendo la clave del éxito, la fija de esa noche. Pero bueno, ya es decisión tomada. Igualmente, no se crean que voy a dejar pasar a estos “ganadores” tan fácilmente. No, no. Sino para qué creen que les estoy contando esto. Para que los que lean esto reaccionen y se den cuenta que tienen que salir igual, sin que importe la previa de la previa y la previa. Así, terminan saliendo muchos hombres, la ciudad queda habitada por muchos entes masculinos y estos “únicos” terminan siendo más del montón y pierden ese atributo de triunfadores momentáneos. De esta manera, si Argentina pierde el partido, no me sentiré tan mal por la noche que pasó, ya que sería una más y no una llena de oportunidades, de mujeres solas que buscan disfrutar de su noche de chicas. Es un escudo para, en el caso de perder contra Nigeria, sentirme menos perdedor.
gmg