lunes, 14 de junio de 2010

Enemiga urbana

Situación.
Te levantaste al cien por ciento antes de que suene el despertador. Te levantaste muy temprano, pero con una tranquilidad, como si fuera ese domingo de lluvia, libre de preocupaciones y estrés. Te diste una ducha perfecta y saliste del baño con una “sonrisa colgate” tarareando esa canción que te recuerda a la época más feliz de tu vida. Vas a la cocina y recordás que por alguna razón tenés dos porciones de torta de cumpleaños de la fiesta a la que ayer concurriste. Te cambias y, después de ese desayuno de campeón, salís al mundo, representado por un cielo resentido por la lluvia de ayer que a cada minuto mejora. Caminás, dando pequeños saltos, y hasta se te da por rememorar tu infancia, intercalando pisadas entre las baldosas de la vereda húmeda. Llegás a tu transporte público que, por vaya a saber uno que milagro, está funcionando excelente.
En medio del viaje, un niñito comienza a llorar desenfrenadamente, mientras su madre lo mira mal y empieza a retarlo sin razón, lo que hace que el niño llore con más fuerza. Al instante, y casi naturalmente, instintivamente, sacás un caramelo masticable de tu bolsillo, mochila, morral, cartera o cualquier otro objeto que uses para guardar tus cosas. Normalmente, en estos casos, solés mirar para arriba y putear en silencio, o sos la desubicada/o que grita “calle al pendejo/a señora”. Pero hoy no. Hoy se te dio por sacar un caramelo. Acercás tu mano hacia el nene y le das esa golosina que para él es el tesoro más preciado. Al principio, te mira con desconfianza, pero, después, lo agarra y te pone una cara de felicidad y de afecto, como la cara de un enamorado a primera vista. Lanza una mirada desafiante a su madre y, luego, continúa admirándote el resto del viaje. Callaste al nene: sos la/el superhéroe del vagón.
Llegás a tu lugar de trabajo o a tu lugar de estudio y tenés un día tranquilo y despejado de toda irritación. Es más, tu jefe te llama a su oficina para hablarte de tu desempeño y de un futuro aumento de sueldo. O en el otro caso, el profesor de esa materia difícil, pero clave en tu carrera, te entrega la nota de ese parcial en el que creías que te había ido pésimo y te sorprendés ante un gran ocho que te hace promocionar la materia o ir a coloquio (depende la universidad).
Salís increíblemente orgullosa/o de vos mismo, con el autoestima por las nubes, capaz de hacer todo posible.
Comienza tu viaje de vuelta y es perfecto: el servicio funciona a tiempo y hasta viajaste sentado/a. Estás medio refriado/a, pero eso es recontra positivo, ya que no podés sentir tanto los olores corporales de la gente que vuelve de un largo día. Así que todo bien.
Llegaste a destino. A esa ciudad que te ve levantarte cada mañana y con lo único que la podés recompensar es con una sonrisa. Y le sonreís. “Gracias por este hermoso día”. Comenzás a caminar por la calle y sólo…¡LA CONCHA DE LA LORA! ¡Pero la puta que lo re mil parió! “¿Puede ser? Una vez. Una vez terminar un día bien. Una sola vez”. Era todo perfecto hasta que pisaste una baldosa floja llena de agua estancada que, ahora, está en toda tu ropa. Es increíble. Es increíble que una cosa material tan insignificante pueda cagarnos la ilusión de un día perfecto. Es increíble, pero lo hace. Y a ella le encanta hacerlo. Le encanta. Y es por eso que ahí está. Sigue ahí. Tu ilusión, mi ilusión, tu felicidad, mi felicidad, nuestra felicidad se va con una simple pisada en una maldita baldosa floja. Qué fácil se va lo bueno, ¿no? Y si…muy fácil. Pero insisto, a ella no le importa cagarte el día, ella está floja para eso. Y pasaremos nosotros y pasaran miles y miles de días y ella seguirá ahí. Esperando. Inestable, pero cómoda. Esperando su próxima victima.
gmg

7 comentarios:

  1. amo pisar fuerte y hacer que salpique el agua!!!

    ResponderEliminar
  2. jajaja es muy cierto!!
    Tmb esta la otra todo viene perfecto, casi casi estas llegando y el boludo qe pasa por al lado pisa la puta baldosa floja, y el agua estancada esta en toda tu ropa, entre tus pies, y vas caminando con agua en la zapatilla reputiando al muy hdp qe ni siquiera un disculpame flaca te dijo..

    ResponderEliminar
  3. ya lo habiamos hablado, pero lo reitero, TODA LA RAZON!!

    ResponderEliminar
  4. jaja pipaa !!
    me reintegro a tus lectores, hoy encontre la paz que merece tu blog para ser leido!!

    buenisimo para variar!

    un abrazo

    ResponderEliminar